Powered By Blogger

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capitulo 23

Entre imaginar que hay detras de una puerta y pensar que pasaria si la ignoro pasamos la mayoria de nuestro tiempo, sin saber que de incognitas, acertijos y decepciones esta hecha la vida. Si te pones a pensar cuantas puertas se te han cerrado, cuantas incognitas haz dejado a un lado y la gran cantidad de personas que tiraron tu confianza a l basura, creo que no parariamos de hablar nunca y lo poco feliz que le queda  a la existencia se marcharían a un lado para dejar el paso a la depresión y tristeza que día a día vive un adolescente ignorado.

Un consejo, recuerden que la confianza sube en escaleras y baja en
 acensor.

Bueno, estando allí al frente de la espectativa de quien estaba detrás
de la puerta de aquella habitación, no tuve que pensar mucho cuando
un aroma que perfectamente mis sentidos recordaban inundo el pasillo por la ranura de la puerta semi abierta, logre ver una sombra
moverse en una de las esquinas de la habitación, mi corazón se
agitaba y sentía como mis piernas poco a poco comenzaban a
flaquearme. Aquella ranura se hizo mas grande y salio  una chica de
cabello marrón hasta los hombros, un poco mas alta que yo por sus
tacones, vestida con un vestido color rojo pegado a su excelente
figura, sus labios de color rojo y sus ojos ocultos por unos lentes de
 sol. No logre reconocer quien era ella solo me estudio con la mirada,
 sonrió y camino por el largo pasillo contoneandose tal cual como si
 fuera un pato, en un par de segundos el sonido de sus tacones con el
 piso de madera desaparecieron dejandome a mi otra vez con los
nervios de entrar a la habitación.

Respire profundo un par de veces hasta que por fin abrí la puerta del
 todo, di unos cuantos pasos y la cerré a mis espaldas. No lograba ver
 muy bien por la oscuridad, mire hacia ambos lados buscando alguna
corriente de luz que me guiara hacia lo que tanto anciaba ver. En un
rincón de aquel cuarto había un sillón mas o menos grande, en el
logre divisar una silueta de un hombre flaco, un poco despeinado y
triste, sabia que estaba triste, para eso no era necesario mirarle a los
ojos. Di un paso hacia aquel hombre que aunque ya sabia quien era,
este lucia completamente diferente al que vi la ultima vez hace tanto
 tiempo. Di otro paso y fue ahí cuando este ser deprimido me dirigió
 la palabra.

- Es usted otra psicóloga?.- Me pregunto, en ese momento supe que
el no sabia que vendría. Su voz siquiera era la misma, esta se
escuchaba grave, fría y muy temerosa.
- No.- Conteste acercándome mas a el, sus facciones eran diferentes,
 su piel era mas pálida que antes, logre ver algunas manchas  de su
vieja tonalidad en sus manos, su cabello era el mismo solo que ahora
estaba mas largo, pero aun no podía ver su mirada por la oscuridad.
- Una visitadora social, abogada...?.- Volvió a preguntar.
- No
- Entonces quien eres?
-  Una vieja amiga.- Conteste, me detuve en un punto en donde el no
 me diferenciaba bien, obligandole a que se levantara de su asiento.
- Eso me resulta muy irónico, los amigos no existe señorita
- Si existimos, solo que no me recuerdas muy bien por lo que veo.-
 Dije y el se inclino hacia mi para tratar de observarme a pesar de la
 oscuridad.
- Lo siento pero no se quien eres, si no te importa podrías dejarme
solo?
- No.- Me acerque mas a el y aquel hilo de luz que entraba por la
ventana me permitio ver aquellos ojos marrones que tanto ansiaba
encontrar.- Tu no me dejaste sola cuando mi madre murió, no pienso
 dejarte ahora que tu me necesitas.- Conteste y el me miro de aquella
 misma manera que lo hizo la ultima vez que estuvimos juntos.
- Maggie?.- Pregunto con un hilo de voz, se levanto de su asiento y
camino hacia mi.
- Hola Michael.- Conteste
- De verdad eres tu?.- Pregunto deteniéndose por completo delante de mi.
- Si.- Conteste acto seguido Michael me estrecho entre su brazos de
angel, mi rostro quedo sumergido en su pecho, mi brazos respondieron rodeando el cuerpo de Michael por su cadera, su respiracion bajaba por mi cabello inundando mis pulmones del aire mas dulce de este universo, tenerlo de nuevo en mis brazos era como si me hubieran regresado la otra parte de mi que me faltaba. Michael separo nuestros cuerpos para poder mirarme a los ojos. Dios! Su mirada aquella en donde creaba mi universo paralelo alejado de tristezas y nostalgias habia regresado.
- Que alegria me da verte de nuevo!.- Dijo exaltado abrazandome de nuevo.
- Si despues de tantos años!.- Conteste
- Por Dios! Que oscuridad es esta? Dejame encender la luz para verte mejor.- Michael se separo de mi y velozmente en aquella habitacion se hizo la luz.
- Mirate! Estas hermosa, no haz cambiado nada desde la ultima vez que te vi, sigues con esa carita de niña.- Dijo mirandome, senti como mis mejillas ardian de verguenza.
- Tu si que haz cambiado.- Conteste y Michael suspiro mirando al piso.
- Si, asi dicen pero no creas lo que dice la prensa.- Dijo levantando la mirada hacia mi de nuevo.
- Michael, recuerda que yo no leo la prensa.
- Cierto, es muy bueno eso. Pero ya dejemos de hablar tonterias y cuentame de ti.- Dijo, nos sentamos frente a frente en el piso alfombrado como dos niños porque asi lo elegimos.
- Jaja que te puedo contar?
- Cuentame que haz hecho? Sigues trabajando como masajista?.- Me pregunto sonriente.
- Fisioterapeuta!
- Jajajaa! Bueno eso tu me entendiste
- Si sigo trabajando en eso y tu que?
- Ya sabes, lo mismo de siempre componer, cantar y bailar.- Dijo, aquel no era el Michael deprimido que Janet me habia descrito, este Michael estaba sonriente y lleno de vida.
- Que haces aqui? Me refiero a aqui en Los Angeles.- Me pregunto
- Tu madre me ha llamado porque necesitan mi ayuda, tome el primer avion y aca estoy.- Conteste.

Al haberle dicho esto Michael se levanto furioso y salio.de la habitacion, yo me quede helada hasta que unos gritos se escucharon a lo lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario